jueves, 5 de junio de 2008

Dos mujeres y una enfermedad


De la tercera habitación del cuarto piso del ala occidental del Instituto Nacional de Cancerología en Bogotá, sale un hedor fétido.
—Ese es el olor característico del cáncer de cuello uterino —explica Lina Trujillo, ginecóloga oncóloga.
Allí están hospitalizadas dos mujeres: una pequeña anciana con cáncer pulmonar que pelea con la máscara de oxígeno mientras respira con dificultad y Lucelly, quien emana el nauseabundo aroma. Tiene el rostro pálido y permanece conectada a una bolsa de líquidos endovenosos que gotea despacio. Al lado está su madre, Aleida, una señora de 47 años que aparenta 60 y viste una raída polera azul celeste.
—Lo que estoy viviendo no se lo deseo a nadie —dice Lucelly y comienza a llorar despacio—. A veces me enojo. Pierdo la esperanza. De por sí es duro saber que uno se está muriendo, pero lo es mucho más cuando una se está pudriendo por dentro.
Lucelly tiene 27 años y pronto será una de las 250 mil mujeres que mueren anualmente en el mundo con cáncer al cuello uterino, el segundo tumor maligno más frecuente y la segunda causa de mortalidad por cáncer en las mujeres del planeta. Nueve mujeres mueren cada día por esta enfermedad en Colombia. En su mayoría, suelen tener un perfil similar a Lucelly: escasos recursos, viven en zonas con deficientes condiciones sanitarias, tienen baja escolaridad, han tenido varios compañeros sexuales y han parido muchos hijos.
Se podría pensar que el cáncer de cuello uterino es una enfermedad exclusiva de la pobreza; pero no es cierto. Eso lo sabe muy bien la doctora Nubia Muñoz.

El reportaje completo en el Centro de Investigación e Información Periodística de Chile -CIPER-: http://ciperchile.cl/

1 comentario:

Anónimo dijo...

Upa, Samuel. Frío me has dejado.

Saludos,
Andrés M.