miércoles, 3 de diciembre de 2008

El médico António Lobo Antunes


Hace algún tiempo, en alguna conversación, que no sé si él recuerde pero que para mí fue muy importante, alguién quien aprecio mucho: Mario Jursich, me dijo que los médicos que escribimos tenemos cierta ventaja sobre otros escritores para escudriñar el alma de la gente; que tal vez ese encuentro repetido con quienes sufren y requieren ayuda nos permite tener una percepción distinta de las emociones, los sentimientos y las pasiones humanas. Aunque Mario, seguramente, no lo expresó con esa intención, para mí eso fue uno de los más grandes piropos que me han echado en la vida.
En esa amplia lista de médicos escritores, entre los que están algunos de mis autores favoritos (Moliere, Chéjov, Oliver Sacks, Joao Guimaraes Rosa y Orlando Mejía, por ejemplo), también está António Lobo Antunes, recién galardonado con el Premio FIL.
Cuando escuché su discurso en la feria (ojalá hubiese sido en vivo y en directo, pero me tocó conformarme con YouTube), fue inevitable evocar las palabras de Mario, porque para Lobo Antunes sus grandes maestros fueron tres de sus pacientes.
Probablemente, para cualquier otro, esos encuentros no hubiesen tenido ningún valor, ni afectivo ni literario; pero para este hombre definieron mucho de lo que es como escritor y, tal vez, como ser humano. Veánlo ustedes mismos en el siguiente video.



A propósito, antes de que se agote este tres de diciembre, a mis colegas: ¡Feliz día del médico!

2 comentarios:

Juan Pablo Dardón dijo...

Buen blog, ya lo recomiendo en el mío. Saludos de Guatemala.

Samuel Andrés Arias dijo...

Hola, Juan Pablo: También el tuyo está muy bueno. Voy a enlazarlo aquí también.