sábado, 4 de julio de 2009

Obsesiones compulsivas: Vivir sin Internet

Hay una canción dulzona de Maná que dice "como quisiera poder vivir sin aíre", quisiera componer una similar pero dedicada a Internet.
Resulta que a finales de mayo, cuando ya confirmé que me iba a trasladar a vivir a Medellín, solicité a la ETB la desconexión de mi servicio de internet. Imaginé que demorarían dos o tres semanas en cortarme el chorro, pero no. Esa misma noche, cuando fui a actualizar mi blog y revisar mis correos electrónicos en mi casa... ¡toparías!, como dice mi madre, nada. A los muy malditos les dio por fin por ser eficientes. El resultado: un poco más de un mes sin acceso a la red.
Comprendí la desesperante necesidad de los adictos por buscar su droga. Intenté robar la señal WiFi de mis vecinos, pero los muy egoístas la tenían con contraseña. No me quedó más remedio que ir a los centros comerciales a bajar mis correos y subir las escasas tres entradas que hice en junio en este blog. Pero lo superé pronto. El viaje a Medellín, la angustia de la gata, el ajetreo del trasteo, María José creciendo en la panza de Lina, organizar el apartamento y hacerle unos últimos ajustes a la novela no me dieron tregua para dejarme embargar por la abstinencia. Bueno, está bien, estoy mintiendo, desde el celular me conectaba, una, dos, tres... varias veces al día, revisaba el correo y navegaba un rato; esas microdosis fueron las que me salvaron del delirium tremens.
De todas formas, apenas me entregaron el apartamento, tomé el teléfono, llamé a UNE y pedí con urgencia una nueva conexión.
Tardó casi una semana.
Esta mañana, al fin, pude sentarme en santa paz para entrar a Internet. Primera sorpresa: 11 actualizaciones de Mac. ¡Dios mío, como pude desactualizarme tanto! Luego revisé los 103 correos acumulados (algunos leídos, muy pocos respondidos); en Facebook los amigos parecían más ancianos y mis blogs favoritos estaban llenos de nuevos post que no he leído.
Ahora, algunas horas después de está azucarada sobredosis de Internet me pregunto cómo harán aquellos Yonkis quienes no tienen conexión en su casa y deben ir a recibir su dosis en cafés internet... algo así como esos parques en Amsterdam, con sus agujas tiradas sobre el césped, y me pregunto también: ¿cómo sería el mundo de hoy sin Internet y si yo sería capaz de sobrevivir en él?
¡Dios nos libre y salve la World Wide Web!


6 comentarios:

Martín Franco Vélez dijo...

¡Ay, Samuel! Eso es una cosa muy berraca. A mí hace poco me sucedió algo similar y la pasé mal. Aunque para ser sincero a veces me sentía aliviado. La vaina es que vos, según veo, ya diste un paso más en la adicción, el paso de la verdadera desesperación: andar conectado a toda hora con el celular. Yo sigo retrasándolo para no caer. Vamos a ver cuánto dura. Saludos.

María Isabel Gómez Castillo dijo...

Hasta hace un año y poco y puede que poco más, odiaba los ordenadores, me sentía un inútil con ellos; sin embargo surgió la curiosidad y me creé la necesidad de aprender, soy autodidacta en todo lo que hago y algún amigo me saca de tanto en tanto de alguna duda.Hoy por hoy, me levanto con internete, y me acuesto con él; con el ordenador ya ni digamos...
¡Es muy grave lo nuestro!
Isabel Gómez

Esteban Dublín dijo...

La adicción a Internet es complicada. Cuando la conexión se va en mi trabajo, el desespero empieza a aparecer. La imagen tuya tratando de buscar el Wi Fi me parece graciosa y me remite a un comercial argentino que me hizo morir de risa: http://www.youtube.com/watch?v=-Wln6SyXryo

Samuel Andrés Arias dijo...

Jejeje, muchachos, pronto podremos hacer un grupo de autoayuda on-line para tratarnos la adicción, jejeje.

Pulgamamá dijo...

Samuel hombre cuantas buenas noticias en tu vida, padre por partida doble (la nina y la novela) y en una nueva ciudad. Si, yo lo primero q hago al abrir los ojos por la manana es arrastrarme a agarrar mi BB y empezar a ver si me llegaron mails, si me escribieron en facebook, si llamo alguien, que paso en el mundo, en fin... A veces desde la cama no puedo alcanzar el celular y me empieza a dar como una tembladera. Adictisima! Que fino que estas concursando en 20minutos. Yo tambien. Te buscare. Abrazos pues

ipecan dijo...

Efectivamente nos estamos convirtiendo en personas internetdependientes. Cuando estamos trabajando tenemos minimizado nuestra página de correo electrónico para estar en todo momento al día.

Si salimos de viaje buscamos un portátil y conexión wifi a toda costa

Por eso cuando nos falta la conexión parece que estamos desorientados en esta sociedad globalizada.

un saludo.
ipecan