Comparto con ustedes una de las "entradas" de Julio Ramón Ribeyro, el gran cuentista peruano, en su diario íntimo, sobre los diarios íntimos.
Me queda una pregunta: ¿Si eso pensaba de los diarios, qué hubiese dicho de los blogs? ¿habría tenido uno?
29 de enero de 1954
Todo diario íntimo surge de un agudo sentimiento de culpa. Parece que en él quisieramos depositar muchas cosas que nos atormentan y cuyo peso se aligera por el solo hecho de confiarlas a un cuaderno. Es una forma de confesión apartada del rito católico, hecha para personas incrédulas. Un coloquio humillante con ese implacable director espiritual que que llevan dentro de sí todos los hombres afectos a este tipo de confidencias.
Todo diario íntimo es también un prodigio de hipocresía.
Habría que aprender a leer entre líneas, descubrir que hecho concreto ha dictado tal apunte o tal reflexión. Por lo general se analiza el sentimiento pero se silencia la causa. Las páginas se cubren de alusiones, de un simbolismo personal, como si quisiera promoverse un juego de adivinación. Yo mismo cuántas veces me he sorprendido de hallar en mi diario párrafos oscuros, que sólo un poderoso esfuerzo de memoria me ha permitido desentrañar.
Todo diario íntimo nace de un profundo sentimiento de soledad. Soledad frente al amor, la religión, la política, la sociedad. La mayor parte de los diaristas fueron solteros. Los hombres casados, activos, sociables, que desempeñan funciones públicas, difícilmente podrán llevar un diario, ocupados como están en vivir por y para los demás.
Todo diario íntimo es un síntoma de debilidad de carácter, debilidad en la que nace y a la que a su vez fortifica. El diario se convierte así en el derivativo de una serie de frustraciones, que por el solo hecho de ser registradas parecen adquirir un signo positivo.
En todo diario íntimo hay un problema capital planteado que jamás se resuelve y cuya no solución es precisamente lo que permite la existencia del diario. El resolverlo, trae consigo su liquidación. Un matriminio logrado, una posición social conseguida, un proyecto que se realiza pueden suspender la ejecución del diario.
Todo diario íntimo se escribe desde la perspectiva temporal de la muerte. (Ahondar esta idea).
Julio Ramón Ribeyro. La tentación del fracaso. Seix Barral. Barcelona, 2003.
5 comentarios:
Sin duda, porque Ribeyro hablaba mucho con él mismo. Aunque no se si buscara los nuevos diseños, tan atractivos, como los de Samuel. Felicitaciones. Isaías
Por fortuna, el diario de Ribeyro trata de su intimidad, que estaba concentrada casi exclusivamente en la confeción de su obra literaria. Ahí, en esos diarios bellamente titulados "La tentación del fracaso", encuentra uno muchos de los fundamentos de su proceso creativo. Por eso son valiosos. No creo que se pueda decir lo mismo de tantos diarios íntimos dedicados a revolotear en los momentos sociales o en la intimidad medio vacía del diarista, como sucede en tantos blogs. Y en tantos diarios.
Solterón, débil, atormentado, frustrado, incrédulo. Pero además genial. Y diarista como ninguno. Por eso, si hay que salvar unos, los de Kafka.
Los diarios de Reibeyro son una joya, tanto como sus cuentos. Con respecto a los diarios como género, por ahí ando husmeando Fuego de Anais Nin, que lo había comprado hace como 10 años y no lo he leído. Quisiera revisar el texto de Alan Pauls "Cómo se escribe el diario íntimo" que pinta muy bueno, pero es de una editorial chiquita argentina y no se consigue por aquí. ¿Alguién de puras vainas lo tiene?
A próposito del libro de Alan Pauls miren esta reseña que publico Barbara Jacobs en La Jornada de México: http://www.jornada.unam.mx/2001/06/17/04aa1cul.html
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