domingo, 13 de septiembre de 2009

La voz de Dios


Suele repetirse que la música es la voz de Dios. Anoche la escuche, pero además se me cumplió un deseo con el que he soñado muchas veces: que Dios no sea la imagen cristiana del macho barbado sino una dulce mujer que me mima y me arrulla. Ella lo hizo. Omara Portuondo cantó en el Teatro Metropolitano de Medellín, y me mimo, y me arrulló, y me sentí en el seno de Dios, mejor, de una Diosa única onmipotente y bella; llena de la sabiduría que le otorgan sus 79 años en esta tierra. Cantó y nos llevó, con cada gesto, con cada sútil y lento movimiento, con cada nota del potente instrumento que es su voz, al extasis. Ascendí por varios minutos al cielo, para luego descender a esta tierra donde sólo me queda el eco de sus canciones en varios CD que me recordarán que Dios existe y es mujer.
¡Gracias, Omara!

1 comentario:

Isaías Peña Gutiérrez dijo...

Cómo te vamos a decir que no, Samuel.